En la experiencia que tengo de Dios y su amistad conmigo, una palabra se me viene a la mente; ternura. Dios siempre ha sido tierno conmigo.
En este dibujo del niño Jesús, estoy pensando en su ternura. El está dejando que un pájaro se pose en su dedo, no lo está apretando, ni tampoco lo está atrapando. El hace lo mismo con nosotros, que al igual que las aves, volamos y nos desviamos de un lado a otro. El nos anima a que descansemos en su presencia, y que confiemos de que él nunca nos haría daño.
Cuando pecamos o salimos volando de sus manos, el se acerca a nosotros suavemente para no asustarnos y salgamos volando lejos de él. Cuando estamos consientes de que hemos pecado, le tenemos miedo a la mano de Dios. Pero Jesús nos dice que él es manso y humilde de corazón en (Mt. 11:29) no ha manifestado que Dios es manso. Ser manso o humilde es lo contrario del enojo vengativo. Así es que podemos quedarnos lejos de él con nuestro pecado y nuestro miedo, o podemos regresar a su tierna mano abierta llena de amor. Que consuelo el saber que Dios es toda paciencia, toda misericordia y toda ternura!
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Traducido al Español por Rosie Aguilar
