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Catholic World Art
Artist, Irene Thomas
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Las hijas de Jerusalén
 
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Las hijas de Jerusalén lloraban por Cristo mientras llevaba la cruz, pero les dijo que mejor lloren por ellas mismas y por sus niños (Lk 23:28). Les advirtió que llegaría un día cuando la gente pensaría que las mujeres estarán mejor quedándose sin hijos.
 
Es claro que ese tiempo es hoy. A los hijos ya no se les ve como una bendición de Dios, más bien los ven como una carga. Casi todos los países hoy en día, han legalizado el aborto. La bendición de Dios, en el regalo que Dios le da a una mujer embarazada, muchas veces es visto como una maldición.
 
Los niños cargan con este estigma y después son forzados a llevar solos, cargas muy pesadas.
 
Una cruz pesada es lo que llevan. Muchos niños se les deja sin instrucción religiosa, sin enseñanzas morales, sin sentimientos de seguridad en una familia estable, no tienen buen ejemplo, ni tampoco valiosos héroes para inmolar. Más bien, llevan heridas de toda la vida, heridas causadas por sus egoístas padres. Los jóvenes no tienen quien los guie, y muchos están emocionalmente destrozados, forzándolos a buscar entre tantas formas de escapismo que existen y están disponibles. Trágicamente, las almas de nuestros hijos  están en riesgo.
 
Para las mujeres cristianas de hoy en día, — el tiempo cuando la madera está seca (Lk 23:31) sería mejor mostrar compasión para Jesús, siendo compasivos con los niños que tienen en casa. Dios ha dicho esto
 

Derechos reservados 2002-2024 – Irene Thomas
Traducido al Español por Rosie Aguilar